NOERA EL AMOR, NI LA ROSA, NI LA VOZ DEL VIENTO. No era el amor, ni la rosa, ni la voz del viento en el deshabitado murmullo de la noche. Era ella, muerta. Aislada en las serranías ásperas y desvalidas, bajo el eterno paréntesis de sus cuernos sin amparo, entre las cuatro sombras de sus pupilas vacías. Su maternidad en la esfera de sus urbes.Análisis La fuerza del viento que siente el poeta es igual que la de su amada, que desea volar, ser libre. La noche es más opresiva y el deseo de liberarse crece. El viento lo sentimos en las ventanas y es como una súplica, una llamada para dejar que entre y llene el cuarto, su alma. Su alma es la amada y, como el viento, quiere marcharse
Elruiseñor en la jaula, la oveja en el carro. kagoni yauguisu, kuruma ni yahitsuji, Lágrimas en los ojos del lindo Tomino. kawaii tomino no me niya namida. Llora, ruiseñor, por el bosque lluvioso. nakeyo, uguisu, hayashi no ame ni. Sus gritos de que ha perdido a su pequeña hermana. imouto koishi to koe ga giri.
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